Hellooo. Te saludo con mucho amor y espero hayas tenido un fin de semana pleno; te deseo empezar esta NUEVA semana con toda la actitud.
Hace unos días tuve la oportunidad de ser invitada a una plática que movió mucho mis emociones. Desde ese entonces hasta el día de hoy, he tenido muy en presente mi propio proceso personal; así que te quiero platicar un poquito más sobre lo que he reflexionado a partir de ella y sobre cómo ha sido mi experiencia; antes comenzando con un poco de herramientas para ti.
Como seres humanos, las emociones que experimentamos más rápido, SIEMPRE han sido, son y serán el miedo, la alegría, el enojo y la sorpresa. Las primeras señales de nuestro sistema nervioso corresponden a ellas inmediatamente dentro de las experiencias que vivimos. Sin embargo, la tristeza y el disgusto son las que están detrás de esas emociones; son las que sentimos en segundo nivel. Como ejemplo, el enojo, normalmente es una capa que cubre a una tristeza más profunda dentro de ti. La tristeza es mucho más común de lo que te imaginas; nos acompaña en cada proceso que vivimos y grandes veces, nos cuesta demasiado trabajo hacerla parte de nuestros pasos. Y en ella quiero hacer énfasis hoy.
Si te hubieras dado cuenta de esto antes, ante ella o cualquier otra emoción, entenderías la importancia que hay en reflexionar sobre cómo te sientes y el por qué. Y a lo que quiero llegar con esto es que gestionar tus emociones es mucho más fácil de lo que crees. Solo hay que practicarlo para dominarlo. Si piensas que eres una persona sin inteligencia emocional, te tengo palabras de ánimo. SIEMPRE SENTIMOS ANTES DE PENSAR. Nuestro cerebro racional, que es nuestro hemisferio izquierdo, siempre va a complementar a nuestro hemisferio emocional; y así es como vivimos poco a poco un poco más en automático desde que somos niños hasta que somos adultos; en donde al experimentar constantemente lo que sentimos y después pensamos ante situaciones, realmente creamos patrones. SÍ, REPETIMOS LAS MISMAS EMOCIONES Y POR ELLO, NO LAS MISMAS EXPERIENCIAS PERO SÍ LA MISMA CALIDAD DE ELLAS.
Y así las etiquetamos como buenas o malas…
Nuestros sentimientos, son una combinación entre nuestras emociones y pensamientos. Un sentimiento es nuestra interpretación sobre una sensación corporal en efecto de alguna experiencia. Te invito a que les pongas atención a esas emociones que sientes más comúnmente. Identifica en qué parte de tu cuerpo las sientes y cuánto tiempo duran.
Estúdialas.
Y de ahí, permítete ponerles un nombre. CONÓCELAS E IDENTIFICALAS poco a poco con tu mente; así reconocerás tus sentimientos también. Y por último, verás como empezarás a darte cuenta de cómo estas se repiten ante experiencias muy similares. Te voy a poner el ejemplo conmigo.
Yo me considero una persona altamente sensible y pensarías que eso me ayuda a sentir con facilidad pero no es así. Cuando comencé a ir a terapia me di cuenta de que no tenía esa inteligencia emocional y fue algo que he desarrollado muchísimo. Por ser tan sensible, reprimía mucho mis emociones al grado que llegaban a afectar mi salud de una manera totalmente involuntaria.
Poco a poco comencé a darme cuenta que tenía muchas emociones acumuladas y en especial, DEMASIADO ENOJO ante muchas experiencias que he vivido. El enojo nace de sentir injusticia y te invita a poner límites. Y eso ha sido para mí un reto que hasta la fecha sigo trabajando de una manera mucho más consciente; pero junto con ello, he trabajado la historia que me cuento. Una parte del trabajo con la emoción consiste en gestionarla en el momento presente y la otra parte consiste en poco a poco aprender de ella y por lo tanto transformar la historia que te cuentas ante el mismo estilo de situaciones en donde aparece. Poco a poco, tu interpretación se vuelve más ligera y por lo tanto, te es más fácil acompañarte en el proceso de aceptación de la misma.
Pero, en fin. Hoy en día, estoy viviendo ciertas situaciones que para mí han sido muy agotadoras y generadoras de inestabilidad emocional. Me costó reconocer que mi emoción sigue siendo ese mismo enojo otra vez; pero esta vez convertido en un sentimiento presente llamado FRUSTRACIÓN. Mi alrededor me la refleja en muchas áreas de mi vida, pero al reconocerla fue liberador. Reconocer la frustración es saber que esta aparece cada que una expectativa que tú tienes no está ocurriendo; es saber que la realidad que está pasando es diferente a la que te gustaría. Y sin contarte mucho detalle sobre las situaciones por las que estoy pasando, me di cuenta que detrás de esa frustración estoy viviendo UN DUELO, una tristeza profunda ante una realidad que me duele, que no me parece.
He tenido días y momentos tanto buenos como malos sin generalizar, pero esa tristeza la percibo como una constante últimamente. Por lo tanto, he decidido cuestionarme sobre cómo puedo tomar responsabilidad para hacer las paces con ella. Me es complicado aún ponerlo en práctica pero también me he abierto a dejarme recibir. Tenemos muchas herramientas instantáneas que están ahí, a un alcance súper directo y a veces no las usamos con la intención de sanarnos. Y aunque suene súper cliché, la música ha sido justo eso para mí, he CANTADO mucho y ha sido mucho más terapéutico de lo que me imaginaba. También la escritura; literalmente esto que estás leyendo en este preciso momento me ayuda a entenderme y aclarar mi visión un poco más sobre cómo me siento; y por último pero no menos importante, me di cuenta de lo relevante que es hacerme la pregunta siguiente:
¿Qué necesito?
Es una pregunta interesante porque puede ser mega fácil satisfacer esa necesidad o puede requerirte de ciertos costos, dilemas, incertidumbres. Y lo más cañón es que cuando sabes qué necesitas, es momentos de ponerlo en práctica y a veces es muy difícil encontrar el tiempo para hacerlo. TÚ TIEMPO involucra una toma de decisiones importantes sobre en qué quieres utilizarlo y cómo esto tiene que CAMBIAR. Ya sea, variar tus planes o quedar mal con los demás, también implica DEMASIADA HONESTIDAD Y FIDELIDAD A TI MISMX. Y una vez lo identificas, cuesta mucho trabajo ignorarlo.
En lo personal, yo me he dado cuenta de que lo que HOY necesito es SOLEDAD. Necesito estar únicamente conmigo, necesito callar el ruido externo, descansar de escuchar a los demás. Necesito unos días para no preocuparme de nada ni de nadie más que de mí. Necesito sentirme tranquila y relajada, sin pesos ni pendientes. Necesito recargarme de mi propia energía, recargarme de hacer cosas nuevas para mí.
Y algo que te quiero decir es que esto ya lo sabía, pero simplemente reconozco que entre más lo aplazo, más aclaro que esto es lo que siempre he querido y ahora lo quiero con más intensidad, porque si no me escucho, siento MÁS INESTABILIDAD.
Inmediatamente te escuches, te darás cuenta que aunque los demás no apoyen lo que tú crees que necesitas, es importante VALIDARTE. Sólo tú sabes lo que te hace sentir bien, tú te conoces más que nadie. Confía en tu intuición. Te necesitas y precisamente tus necesidades te dicen cómo. Recuerda que al detectar tu necesidad es importante SATISFACERLA. La siguiente pregunta sería:
¿Cómo me puedo dar esto que necesito CON AMOR?
Y repetirlo constantemente.
Estoy en el mismo proceso que tú. Necesitamos repetir esto constantemente para convertirnos en personas más genuinas auténticamente congruentes. Pero, sí podemos; estamos juntos en esto.
Algo que quisiera agregar es que no dudes de tu potencial, realmente puedes superarte. Pero recuerda que no tienes que pasar por este proceso solo; siempre hay alguien dispuesto a abrazarte, escucharte, acompañarte e impulsarte en tu propio camino. Si reconoces que lo que necesitas son personas a tu alrededor, TÓMALAS. De verdad eso sirve mucho para poder avanzar.
“Un día a la vez, suelta y vuelve a comenzar.”
Te quiero compartir esta canción de aliento. Yo sé que puede ser muy básica pero vale la pena concientizar sobre la letra e integrarla. Permítete saber que tú manejas tu timón, puedes avanzar.
Te abrazo fuertísimo.